lunes, 2 de mayo de 2011

La eutanasia como opción viable 6°2

Me gustaría comenzar mi ensayo con una pregunta que sé que la mayoría de las personas evita por miedo: ¿Cómo te gustaría pasar tus últimos momentos de vida? Si pudiéramos elegir, creo que todos elegiríamos estar con nuestra familia y nuestras personas especiales en un ambiente tranquilo y feliz; creo que nadie elegiría estar acostado sufriendo en una cama de hospital luchando por poder abrir los ojos.
Aunque sé que el inicio es un poco desconcertante, hablar de eutanasia significa hablar de muerte, ya sea deseada o no, y el objetivo de mi pregunta y de mi ensayo mismo es mostrarle a la gente que aunque la mayoría de las veces no podemos elegir la forma y el momento de morir, en el caso de poder hacerlo, una opción rápida y sin dolor es bastante atractiva y viable, excluyendo los mitos y los malos rumores acerca de =la eutanasia=.
Antes que nada, comienzo por definir “eutanasia”; etimológicamente, proviene del latín (eus=bien y thanatos=muerte), por lo que puede entenderse como muerte buena; pero esta palabra implica mucho más que dos significados latinos, porque buena muerte tiene un sentido bastante general.[1]
Según algunos autores, es “el derecho de un  paciente a elegir el momento de morir” [2]. Para algunos otros significa “procurar la muerte sin dolor a aquellas personas que se encuentran sufriendo” [3].
En lo personal me gustaría tomar la segunda definición para poder continuar con mi ensayo, aunque enfocándome a personas que sufren de alguna enfermedad terminal, se encuentran en un estado de coma, o agonizan por alguna herida grave de accidente; porque son ellas las que en verdad están sufriendo y no pueden hacer nada para evitarlo, ni siquiera los mismos médicos que los atienden, ya que mantenerlos respirando a través de una máquina no significa que continúen existiendo ni mucho menos que no sientan dolor.
[1]: Los médicos y la eutanasia URL: http://www.unav.es/cdb/dhbgheutanasia.html.
[2]: Dr. Gonzalo Herranz
[3]: 1oo preguntas y respuestas sobre la vida humana, URL: http://www.aciprensa.com/eutanasia/100-preguntas.htm
Como dije en el párrafo anterior, procurar la muerte a los que sufren, no significa ayudar a un suicida a matarse por problemas de autoestima, ni acabar con una vida en gestación por que nacerá con problemas mentales. En una u otra medida, este tipo de cosas pueden solucionarse o mejorar la condición del paciente a través de terapia y tiempo, pero un paciente en fase terminal de cáncer no volverá a ver el sol por más terapias  máquinas que se utilicen.
Aunque popularmente se ha dividido a la eutanasia en muchos tipos, fundamentalmente existe 2: la activa y pasiva.
En la primera el paciente elige por sí mismo y sin la intervención de nadie más adelantar su muerte por motivos variados, siempre y cuando sea un caso de emergencia y se hayan agotado las opciones para curarlo; y la pasiva se refiere a la decisión que toman los familiares de no prolongar el sufrimiento de su enfermo y eligen cesar el tratamiento que los mantiene con vida.
En cualquiera de las formas, hablamos de cesar el dolor de una persona; no hablamos de algún animal sufriendo o de una plantita a la que han pisado y sufre; ¡hablamos de un ser humano! Es fácil ponerse  en una posición negativa y declarar que es prácticamente lo mismo que un homicida le dé un tiro a otra persona, porque entonces se está acabando con una vida, pero no podemos ni por un segundo imaginarnos en esa situación, por un momento ser el enfermo acostado en una cama y sentir la desesperación de no poder hablar, de no poder  gritar cuánto le duele físicamente, o el dolor de intentar ponerse de pie y decirle a sus hijos que está bien, que pronto podrán marcharse. Ahora imaginar el dolor de las personas cercanas a esa persona, verlo postrado en una cama y saber que siempre estará así, en un punto medio entre la vida y la muerte, sin poder descansar en paz, siendo consciente de que ya no podrá avanzar, y en algunas ocasiones pudiendo captar lo que pasa a su alrededor, pero resignarse a no participar más de ello, reduciendo su existencia a respirar, nada más; eso, preguntándole a cualquiera, puede llamarse cualquier cosa, pero definitivamente no es vida.
Quisiera dejar en claro que mi posición a favor de la eutanasia se concreta únicamente para casos realmente especiales, aquellos en los que el doctor se declara incapaz de hacer nada más por el paciente y en los que se ha sufrido un gran dolor o se ha pasado por mucha agonía y sufrimiento.
Tal vez suene un poco raro, pero me gustaría desarrollar mi siguiente punto con un relato personal que encuentro muy apropiado para el tema: Hace algunos años, cuando ya me había mudado a Pachuca y viajaba a mi casa en fines de semana, me enteré que una vieja amiga mía que se había mudado a Querétaro sufría de una enfermedad bastante rara y de la que yo, en lo personal, no había oído hablar antes: la epilepsia; ella tenía entonces 18 años y como realmente nuestra amistad había sido muy fuerte en nuestra infancia, me mudé unos días a su casa para cuidarla y hacerle mucha compañía. El tiempo que estuve ahí realmente pude comprender lo impotente y lo poco que podía hacer por ella, pues los ataques que le daban eran algo horrible de presenciar, y cada vez eran más difíciles de controlar, igual que sus desmayos y su fuertes dolores de cabeza se volvían más constantes. Cuando se desmayó por última vez, ni los doctores ni su padres pudieron hacerla volver en sí, y continuó en ese estado por lo menos 2 meses hasta que los médicos nos dieron la noticia de que había dejado de respirar.
Basándome en esta historia quisiera exponer los argumentos que me hacen estar a favor de la eutanasia, pues antes que nada, las personas tenemos derecho a una muerte “digna” si podemos decirlo así, aunque con este término yo hablo de una muerte rápida, sin dolor para el paciente y sin frustración y sentimiento de impotencia para los que contemplan a la persona consumirse sin poder hacer nada. Creo que hablo por todos o por lo menos por la mayoría  cuando digo que a ningún ser humano le gusta sufrir y sentir dolor, a excepción de los masoquistas, claro, y mucho menos en una cuestión tan temida y evitada como lo es tu muerte.
Su pudiésemos analizar las cosas de una manera objetiva, podemos verlo como una ayuda para otra persona que necesita un pulmón, una  córnea, un corazón. En lugar de pasarnos 6 meses sufriendo en una cama sin otra actividad más que respirar (algo que la verdad no es muy productivo) y en muchas ocasiones con dolor, podría hacerse un último esfuerzo en ayudar a vivir un tiempo más a alguien que de verdad tiene la oportunidad de hacerlo propiamente, y la eutanasia, siempre que sea autorizado, permite la donación de órganos que estén en buenas condiciones a otros pacientes.
Permitiría que los familiares se hiciesen a la idea de que su paciente morirá y se preparen para el duelo, además de que pasarían más tiempo con él, pudiesen despedirse y consientan al enfermo, pues como me dijo una sabia maestra hace algunos días: no es lo mismo que te avisen de repente que tu abuelita se acaba de morir y salgas corriendo, a que te avisen desde antes y puedas despedirte.
Por último, daré aquí algunas desventajas de la eutanasia, pues esto no sería un ensayo justo y realista si sólo se dijesen cosas buenas del tema.
Primero, debo decir que la eutanasia no es legal en México, porque aún es un tema bastante discutido. Recientemente se ha aprobado una reforma por parte del senado para aprobar la eutanasia pasiva pero aún queda la aprobación de la Cámara de Diputados y de la del poder ejecutivo para que pueda entrar en vigor.
También se encuentra el conflicto moral que le debe causar a un pariente el tener que tomar una decisión tan difícil, pues luego pueden venir culpas o resentimientos al pensar que tal vez debían dejarlo así por más tiempo. Y es que  el pensar en que podrías darle fin a la vida de una persona que podría ser tu hija, tu hermana o tu padre es una cuestión bastante seria que debe pensarse mucho y de manera seria, y por supuesto siempre teniendo en cuenta si el paciente en cuestión está sufriendo o no y si merece un fin tranquilo o no.
Creo que una de las desventajas más discutidas de la eutanasia es en el aspecto religioso. Aunque respeto todas las creencias religiosas, en especial la idea de que Dios es el único que decide cuando dar la vida y cuando quitarla, es especialmente interesante. Yo de verdad creo en Dios y en la gran sabiduría que posee para decidir acerca de las personas y la duración de sus vidas, pero también tengo la creencia de que hemos sido creados y puestos en este mundo para ser felices y disfrutar todo lo que podamos del tiempo que estemos aquí, y creo que un paciente, al no poder disfrutar más de esto, tiene derecho a descansar y a tener un final tranquilo, ya que estoy segura que a Dios tampoco le gusta verlos sufrir.
Para concluir, me gustaría decir que este es un tema en el que de verdad me he interesado bastante, por toda la controversia que se ha generado alrededor de ella  y por lo difícil que es pensar en sus ventajas y desventajas a la hora de poder tomar una decisión. Como he dicho, es una opción que se debería tomar en cuenta muy seriamente, sobretodo por lo que representaría para el paciente, la posibilidad de dejar de sufrir y de tener un fin tranquilo, ya que, de verdad pienso que después de todo, a eso aspiramos todos al pensar en la palabra muerte: sin dolor.

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